jueves, 10 de septiembre de 2009

Tejas Arriba… Tejas Abajo

Por
Andrés Felipe Loaiza Colorado

Es refrán popular o por lo menos yo se lo escucho muchas veces a mi madre, que “las noticias malas son las primeras que llegan”. La mayoría de las veces esas noticias son más tristes que malas. Hay en el ambiente una tristeza rara, manifestada desde Álvaro Uribe hasta Belencito Corazón, donde por más de 20 años “Calixto” predicó como capellán del templo de la comunidad de Misioneras de la Madre Laura.
"No importa que se nos arrugue la garganta, que se nos nublen los ojos de llorar: esa fue la voluntad del Señor y a nosotros no nos queda más que aceptarla con amor", les dijo a los feligreses el padre Raúl Villa Palacio, compañero de Calixto.

El 30 de octubre de 1978, tenía yo tres meses y un día de nacido, cuando el padre “Calixto” publicaba su primera columna “Tejas Arriba” en El Colombiano, siendo director Fernando Gómez Martínez. La columna fue bautizada Tejas Arriba, por un artículo que en la revista Misioneros de Yarumal escribía Monseñor Gerardo Valencia, obispo de Buenaventura. Estas Tejas Arriba, desde el comienzo fue un espacio para la reflexión del evangelio dominical. Un equipo conformado por la educadora, periodista y actual directora Ana Mercedes Gómez Martínez; la educadora y conferencista Beatriz Restrepo de Echavarría, ya fallecida, y el sacerdote Gustavo Vélez Vásquez, misionero de Yarumal. La sugerencia de publicar en EL COLOMBIANO un comentario al evangelio de los domingos fue acogida por Ana Mercedes y el padre Gustavo se ofreció a escribir la nota semanal, que ella y Beatriz "revisaban" en borrador, para evitar términos técnicos que hicieran difícil la lectura al común de los lectores. Y así fue durante los primeros lustros.

Para quienes lo leímos después de casi 31 años (octubre 30) conocimos a este angelopolitano como un hombre siempre meridiano y cauto, siempre profundo e ilustrado en los temas bíblicos. De familia numerosa, 19 hermanos, donde casi la mitad siguieron el camino del Señor: seis monjas y él, un Sacerdote de opiniones que para muchos radicales no eran las mejores, como por ejemplo un ecumenismo sin confusiones de credo. Sus opiniones tenían una invaluable aproximación práctica a la vida de los buenos cristianos, a la vida que deben llevar los buenos seres humanos.

Un apasionado por la música y el periodismo; el padre Miguel (Misionero de Yarumal) lo recuerda como casi todo el mundo: pegado de un violín, componiendo canciones y escribiendo versos o artículos editoriales. "En el seminario nos enseñó qué eran los medios de comunicación: cómo se hacía un periódico, un programa de radio, cómo se escribía un editorial. También nos enseñó algo de literatura y por supuesto, mucho de música". Y dicho por todos sus alumnos, no tenía voz, pero sí un oído increíble. En la actualidad preparaba un cancionero con su amigo Hugo Bustamante.

Ayer luego de tres días de búsqueda del padre Gustavo Vélez Vásquez, Calixto, encontramos un desenlace triste: el sacerdote fue hallado muerto en las montañas de la reserva de San Sebastián, en El Retiro. Estaba haciendo lo que más le gustaba que era caminar y disfrutar del verde de las montañas antioqueñas. Fue encontrado por aquellos a los cuales siempre quiso servir, un grupo de humildes campesinos que participaron en el rescate. Todos lloran el deceso del mejor intérprete del Evangelio.
Es difícil pensar que el padre Gustavo Vélez Vásquez, “Calixto” no estuviera cada vez más cerca de Dios, más “Tejas Arriba” que tejas abajo; estamos seguros que no alcanzarán los elogios para quien siempre nos reconfortó con sus palabras; estamos seguros en medio de nuestra tristeza que, ya desde “Tejas Arriba” intercederá por nosotros Tejas Abajo.