martes, 18 de agosto de 2009

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

Por
Andrés Felipe Loaiza Colorado
loaizacolorado@gmail.com



Después de 45 años en guerra y más de 22.000 desaparecidos, donde hoy la Comisión Nacional de Reparación y Restauración tiene para la Fiscalía General de la Nación identificadas más de 1200 fosas comunes, ¿cuánto tiempo pasara para que estos desaparecidos –así sea los cuerpos o lo que queda de ellos– vuelvan con sus familias?

Ana Delly Guerra, madre, esposa, hija, tía… de una familia antioqueña que tiene como parientes hasta el más lejanos de sus primos y que haría lo que fuera por ellos, lleva más de un año buscando a su sobrino Iván Darío Rivera, desaparecido en extrañas circunstancias a manos del “Glorioso Ejército Nacional”, quien poco después de sacarlo de su casa en Urrao, lo reportó como si la guerrilla se lo hubiera llevado.

Ana Ligia Puerta tiene su hijo desaparecido el 20 de julio de 2004 y a raíz de ello es desplazada de una de los municipios más rodeados de guerrilla de Antioquia y con altos índices de desplazamiento forzado, Peque[1].

Luz Mary Zapata, madre de cinco hijos menores de 14 años, tiene su esposo desaparecido presuntamente a manos de Ramón Isaza en Puerto Berrío-Antioquia desde el 16 de junio de 2005, fecha importante para este gobierno y doblemente trágica para Luz Mary y su familia, ¿por qué?

Raquel George, madre de seis hijos de los cuales ya hay cinco muertos, cuatro de ellos en un osario y una que espera estar pronto con los demás; fue Don Berna quien se atribuyó en audiencia del 29 de noviembre de 2007, la desaparición de su hija Ángela María Torres George, quien por amor terminó siendo desaparecida.

A ellas las une la desaparición forzada de sus familiares, pero hay un fenómeno que aún no se había pensado, y es que los desaparecidos tienen una doble desaparición: primero, cuando son llevados por cualquier grupo armado; y posteriormente cuando su familia sabe que está desaparecido, se esfuma por segunda vez, porque no hay rastro de su cuerpo. Claro que si nos remitimos a otro concepto hay un sinnúmero de N.N. que a lo mejor sean parte de estos desaparecidos, que aunque su cuerpo ya no esté desaparecido, su familia no sabe que reposa en una morgue.

Quedan muchos interrogantes más por solucionar de los 45 años de guerra y 22.000 desaparecidos: ¿Cuántos desaparecidos más necesitamos para que esta guerra acabe? ¿Qué va a pasar con los falsos positivos? ¿Se están investigando?

Las próximas entregas de artículos y críticas sobre los desaparecidos no pretende revelar la verdad, desaparecida también hace mucho tiempo, pero sí busca por lo menos que reflexionemos sobre el asunto. Además junto con la primera incluyo el Trailer de un documental realizado por estudiantes de noveno semestre de la Universidad Pontificia Bolivariana: Cámara, Sebastián Sánchez. Sonido, Natali Carvajal. Iluminación, Valeria Lotero. Edición, Rodolfo Aicardi. Graficación, Ricardo Burbano Martínez. Producción, Alexandra Suárez. Posproducción, Centro de Producción Audiovisual. Asesor temático, Francisco Saldarriaga. Investigación, Andrés Felipe Loaiza. Asistente de Dirección, Juliana Ruda. Dirección, Alejandra Agudelo.


[1] Limita por el norte con el municipio de Ituango, por el este con los municipios de Ituango, Toledo y Sabanalarga, por el sur con el municipio de Buriticá y por el oeste con los municipios de Cañasgordas y Dabeiba. Es un municipio que vive de agricultura, la ganadería, las maderas y la minería.


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